¡Nos Casamos!

Era el cumpleaños del amigo de mi futuro esposo, un hombre que parecía hacer sonreír a todos con una facilidad que a veces parecía magia, no estaba buscando nada en particular, solo dejarse llevar por el buen momento que estaba compartiendo.
El tiempo pasó rápidamente sin darnos cuenta; las risas se volvieron confidencias y las miradas, promesas suaves. Al final de la noche, cuando las luces comenzaron a apagarse, se intercambiaron números con una promesa que no dijo palabras, sino gestos: una próxima vez para un reencuentro.

Los días siguientes, el hilo entre ellos se fortaleció con mensajes simples y llamadas casuales que eran, en realidad, semillas de algo más grande. Cada encuentro fue construyéndose sin prisa: cafés que se volvieron desayunos, paseos que se volvieron tardes enteras, silencios que aprendieron a decir lo necesario.

Con el tiempo descubrieron que, sin planearlo, sus historias se habían entrelazado en esa noche de cumpleaños del amigo que los presentó. El futuro, que al principio parecía un rumor, fue encontrando su lugar en cada gesto compartido: una mano entrelazada, un abrazo que decía más que mil palabras, la certeza de que el amor también llega cuando menos se espera.

Y así, lo que empezó entre risas, brindis y la curiosidad de dos desconocidos, se convirtió en una historia de amor que comenzó con un simple mirar en un cumpleaños, y que siguió creciendo con cada latido, cada día, como quien decide que la vida merece ser vivida junto a alguien que entiende la belleza de empezar de nuevo juntos.

Un momento, una mirada y unas cuantas palabras fueron suficientes para comenzar este amor, que ha ido creciendo día a día, ha madurado y florecido. No ha sido un proceso sencillo, pero como pareja hemos disfrutado de cada parte del proceso. Así comienza una nueva etapa en nuestras vidas.

Estoy inmensamente agradecido con Dios por poner a Fer en mi camino, llegó en el mejor momento para acompañar mis pasos. Agradezco también a toda mi familia y amigos que directa e indirectamente han sido parte de nuestra historia de amor con su apoyo, su ayuda y sus consejos que han enriquecido nuestra relación.

Me siento feliz porque tuve la dicha de encontrarme con Fer y saber que tengo a mi lado a la persona con la que quiero compartir todos mis días, lo bueno y lo malo, los triunfos y fracasos.
En esta nueva etapa que comienza debemos poner por encima de todo nuestro amor y así, a pesar de los altibajos, ser felices y superar todas las pruebas que la vida nos ponga enfrente.
Comenzamos una nueva aventura y qué mejor que vivirla a tu lado, TE AMO FER!